Fecha: 10 de noviembre de 2024

En la Jornada de la Iglesia diocesana o de “Germanor” nos apercibimos de que la misión de la Iglesia en Urgell y Andorra es anunciar el Evangelio a todos, viviéndolo con coherencia, ofreciendo la persona de Jesucristo Salvador y  sus sacramentos, y brindar caridad, apoyo y cuidado espiritual y material a quienes más lo necesitan. Para que esta misión se lleve a cabo de forma efectiva, es fundamental que los fieles bautizados valoren la vocación recibida como discípulos misioneros y colaboren activamente con la comunidad parroquial y con la Iglesia diocesana. La ayuda de los fieles no sólo se refleja en la participación en las celebraciones litúrgicas, sino también en el compromiso con las diversas actividades pastorales y sociales que la Diócesis organiza. Esta colaboración puede manifestarse de múltiples maneras: desde la aportación económica regular, que permite cubrir costes operativos y de mantenimiento de las parroquias, hasta el voluntariado en programas de catequesis y educativos, ayuda a los necesitados, visitas a enfermos o ancianos y otros servicios comunitarios. Para un cristiano, todo debe responder a la llamada del Señor a seguirle con toda la vida confiando en sus profundas palabras: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os digo siervos, porque el siervo no sabe qué hace su señor. A vosotros os he llamado amigos porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre” (Jn 15,13-15).

La Iglesia diocesana no es sólo un edificio o una institución, ni el Obispo y los sacerdotes son los únicos responsables, sino una comunidad viva y fraterna compuesta por todos los “amigos” del Señor, que han recibido el don del bautismo y viven con alegría su amistad con el Señor Jesús y los demás miembros de la comunidad eclesial, que deben comprenderse como una familia de familias. Toda aportación a la Diócesis, a la parroquia, por pequeña que sea, fortalece la estructura de la Iglesia y asegura que pueda seguir cumpliendo la labor evangelizadora y pastoral. Además, cuando los fieles apoyan a su iglesia diocesana, también económicamente, contribuyen a la continuidad de obras de caridad, educación, formación y ayuda social, sostienen a los sacerdotes y animadores de pastoral en su labor, que son pilares fundamentales de la misión eclesial. Sin apoyo financiero, muchas iniciativas esenciales de la Iglesia se verían gravemente limitadas.

Vuestra contribución económica a la Diócesis a través de “Germanor” no sólo es una responsabilidad, sino también una oportunidad para participar activamente en la misión de la Iglesia y ser coherentes con la vocación recibida del Señor por el bautismo. Así apoyamos que la Iglesia, con libertad, pueda seguir siendo un pilar de servicio y de luz para la sociedad, con tantas y diversas iniciativas de servicio al bien común de los lugares donde está implantada: “Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo” (cf. Mt 5,13ss). Colaborar responsablemente en la colecta de “Germanor” es un acto de generosidad y compromiso que fortalece la comunidad eclesial y asegura que los recursos estén disponibles para responder a las necesidades espirituales y materiales de todos. ¡Gracias por vuestra generosidad!