Fecha: 1 de junio de 2025

Estimados hermanos y hermanas:

Compartid con mansedumbre la esperanza que hay en vuestros corazones (cf. 1 P 3,15-16), reza el lema elegido por el Papa Francisco para la LIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

En su carta, el recordado Santo Padre recuerda a los periodistas y comunicadores que el compromiso valiente «es indispensable para poner en el centro de la comunicación la responsabilidad personal y colectiva hacia el prójimo». Y alienta a derramar por el mundo un mensaje de esperanza, que es una virtud «escondida, constante y paciente» para los cristianos y «no es una elección opcional, sino una condición imprescindible».

El Papa Benedicto XVI dejó escrito que «quien tiene esperanza, vive de otra manera», porque «se le ha dado una vida nueva» (Spe salvi, 2). Cristo hace nuevas todas las cosas cuando se pone el corazón en sus manos. Un mensaje que hemos de grabar sobre piedra en el mundo de la comunicación, siempre tan acelerado por la inmediatez, la actualidad y las prisas.

Te invito, por un momento, a parar el reloj de tu vida y a detenerte en aquello que tienes delante de tus ojos. Detente por un instante y quédate en aquello que está ahí para ti, sin misterios disfrazados, sin dobleces que te distraigan, sin apariencias. Quizá es un mensaje hecho vida en el rostro de una persona, en un detalle, en un gesto determinado; o, quizá, es tan solo el silencio. Ese silencio que también es comunicación, donde la voz de Dios tiene algo que contarte…

«Todos estamos invitados – ¡realmente todos! – a recomenzar, a permitirle a Dios que nos levante, a dejar que nos abrace y nos inunde de misericordia», destaca el difunto Papa Francisco en su alentadora misiva. A la luz del Jubileo, adentrados en ese instante donde se entrelazan la dimensión personal y la comunitaria para emprender un viaje unidos: «Peregrinamos junto con muchos hermanos y hermanas, cruzamos juntos la Puerta Santa».

Este mensaje que con gratitud conservamos en la memoria del corazón, encuentra eco en las palabras que en sus primeros días de pontificado dirigió a los comunicadores el nuevo Sucesor de Pedro, el Papa León XIV. En su primera audiencia con periodistas, hizo una llamada a “desarmar las palabras” y a construir una comunicación más humana y compasiva, recordando que la verdad no se impone con fuerza, sino que se propone con amor. Señaló que “el mundo necesita una comunicación libre de odio y prejuicios, capaz de sanar y no de herir”, y ha expresado su profunda gratitud hacia quienes, con valentía, arriesgan su vida para informar desde lugares de conflicto.

“Una palabra justa puede abrir caminos de reconciliación”, dijo el Santo Padre León XIV, animando a todos los profesionales de la comunicación a ser servidores de la paz, defensores de la dignidad humana y artesanos de esperanza.

Esta comunicación ayuda a entretejer la comunión, a sentir que no estamos solos y a descubrir el regalo de caminar de la mano. ¿Cómo podemos hacerlo? Siendo testigos y colaboradores de una relación compasiva, benévola y humana, que esparza por cualquier tierra hostil la fuerza del amor y del perdón, que rompa muros y construya puentes, que no menoscabe al vulnerable y cure las heridas con cuidado, que despierte ante las injusticias y vele por la soledad del cansado. Y que siempre podamos decir, siguiendo el mensaje que dejó escrito el Santo Padre Francisco para la LIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: «Sueño con una comunicación que no venda ilusiones o temores, sino que sea capaz de dar razones para esperar».