Del 5 al 6 de julio, se han celebrado en La Salle Bonanova de Barcelona las XXIV Jornadas de Responsables de Catequesis, organizadas por el Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Cataluña y las Islas Baleares (SIC), bajo el lema “Catequesis en camino sinodal”.
El encuentro ha reunido a unos 170 participantes, en su mayoría responsables de grupos de catequistas de las diversas diócesis de Cataluña y las Islas. Todos ellos comparten una tarea clave: coordinar, formar y acompañar a quienes tienen a su cargo la iniciación cristiana en sus comunidades.
Una catequesis que camina con toda la Iglesia
En esta edición, el propósito ha sido profundizar en la relación entre catequesis y sinodalidad, justo en el marco del final de la segunda fase del Sínodo sobre el futuro de la Iglesia. Tal como ha explicado Mn. Joan Àguila, director del SIC, “la idea era analizar cómo las propuestas finales del Sínodo pueden darnos claves para realizar nuestra misión, comparándolas con el Directorio de la Catequesis”.
A través de diversas ponencias, conversaciones en el Espíritu y talleres, se ha reflexionado sobre cómo caminar juntos en los procesos catequéticos y cómo la Iglesia puede hacer este camino con un estilo realmente sinodal, especialmente en el momento de la iniciación cristiana.
Mn. Àguila ha querido remarcar que la catequesis no solo transmite contenidos, sino que ayuda a construir una Iglesia más fraterna y participativa: “La catequesis ayuda a la sinodalidad de la Iglesia, y la Iglesia nos ayuda a vivir la catequesis como un camino compartido, de equipo”.
Saludo a cargo de Mons. Conesa
Las jornadas comenzaron con el saludo inaugural de Mons. Francesc Conesa, obispo de Solsona y presidente del SIC. En su intervención, situó estas jornadas en el contexto del proceso sinodal que vive la Iglesia, insistiendo en que la “sinodalidad no es una estrategia puntual, sino una manera de ser Iglesia”, arraigada en el Vaticano II y ahora redescubierta con fuerza.
Destacó que la sinodalidad implica una escucha atenta al Espíritu y a los hermanos, una conversión pastoral y una renovación profunda en la manera de tomar decisiones, de acompañar y de anunciar el Evangelio. “Caminar juntos significa reconocernos pueblo de Dios en igual dignidad bautismal”, afirmó.
Mons. Conesa animó a los responsables de catequesis a vivir esta llamada sinodal desde su propio ámbito: “Si queremos una Iglesia sinodal, la catequesis debe educar en clave sinodal: escuchar, dialogar, discernir juntos y caminar como comunidad.”
Finalmente, remarcó que la Eucaristía dominical debe recuperar su centralidad en la vida cristiana: “No puede haber camino sinodal sin asamblea dominical, sin encuentro fraterno en torno a la Palabra y el pan partido.” Es allí, decía, donde la Iglesia se escucha a sí misma y se reconoce como cuerpo vivo de Cristo.
Dinámica e intervinientes
Durante las jornadas también intervinieron Mn. Toni Elvira, que habló sobre la implicación de toda la comunidad en la catequesis, y Mn. Enric Termes, que profundizó en el estilo sinodal en la iniciación cristiana. La jornada del sábado se cerró con una celebración de la Eucaristía con vísperas, expresión visible del caminar conjunto.
El sábado, Mn. Joan Àguila fue el encargado de ofrecer la última ponencia sobre “La Eucaristía, fuente y cima de la sinodalidad”, poniendo énfasis en el corazón de este estilo de Iglesia: el encuentro con Cristo vivo en la comunidad.
Espacios para compartir retos reales
Uno de los momentos más valorados, según destaca Mn. Àguila, fueron los talleres en grupos y la puesta en común de experiencias, que permitieron visibilizar buenas prácticas y retos reales de las parroquias. Muchos participantes compartieron cómo han logrado integrar a las familias catequéticas en la celebración dominical, y cómo estos ejemplos prácticos animan a otras comunidades a seguir el camino.
También se puso sobre la mesa la necesidad de abordar nuevos desafíos, como el acompañamiento de niños con capacidades diversas o diagnósticos específicos, una realidad cada vez más presente en las parroquias y que requerirá un esfuerzo inclusivo y adaptativo en futuras ediciones.
Un cambio de actitud y esperanza
Tal como explica Mn. Àguila, “vemos un cambio positivo: catequistas más jóvenes, más creatividad, más ganas de ir más allá del ‘siempre se ha hecho así’”. La catequesis hoy, asegura, ya no parte solo de la teoría, sino que se nutre de la experiencia, del testimonio y de la realidad concreta: “Llegamos a la fe a través de la experiencia, y es a partir de ahí que hacemos reflexión”.
Con ganas de seguir avanzando, el SIC ya tiene la mirada puesta en los nuevos horizontes que se abren en el ámbito catequético. Una catequesis sinodal no solo transmite la fe, sino que la enseña viviéndola en comunidad.
Fuente: Arzobispado de Barcelona
Fotografías: Agustí Codinach