Fecha: 9 de noviembre de 2025
La Jornada de la Iglesia Diocesana y la Campaña de “Germanor” que celebramos este fin de semana en nuestras parroquias y en toda la diócesis nos ofrece de nuevo la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de sentirnos miembros de lo que es la Iglesia, una familia grande, amplia y diversa. De hecho, una de las orientaciones que hemos publicado para este curso a nivel de la diócesis hace referencia a afianzar el sentido de pertenencia entre todos los que formamos parte de ella. Necesitamos promover el hecho de sentirnos miembros vivos, activos y responsables de la Iglesia.
Y esto pasa, por ejemplo, por promover encuentros en los diferentes ámbitos diocesanos, a nivel diocesano, en los diferentes arciprestazgos y en cada una de las parroquias para experimentar el gozo de ser Pueblo de Dios. Las celebraciones del vigésimo aniversario de la diócesis fueron una buena ocasión que nos ayudó, especialmente el encuentro de clausura del aniversario el pasado domingo día 15 de junio en el Santuario de la Virgen de la Salud en Sabadell, donde nos encontramos cristianos de todo el territorio diocesano, desde el Vallès Oriental hasta el Vallès Occidental.
Sin embargo, experimentar que formamos parte de esta familia requiere de nosotros unas actitudes y unas acciones concretas. Pide una respuesta que pasa por fomentar que nuestras comunidades sean acogedoras, donde las personas puedan celebrar su fe, donde la gente participa y colabora, interesándose por la vida de los demás, promoviendo espacios de oración, de silencio y de reflexión para escuchar a Dios que nos habla a través de su Palabra. Pide también que trabajemos para ser comunidades integradoras, especialmente de los que vienen de lejos, de los que piden ayuda de una manera especial, de los que acompañan las necesidades de tantos. Y pide que seamos comunidades abiertas donde podamos encontrarnos todos, niños, jóvenes y adultos, donde cada uno encuentre un espacio para celebrar la fe y vivir y compartir el amor de Dios.
Y esto pasa también por tomarnos en serio la importancia de la oración como primera acción de todo cristiano, expresando así la primacía de Dios en todo. Necesitamos dedicar tiempo a Dios, que es uno de los tiempos mejor aprovechados que podemos tener. También debemos tener la capacidad de ofrecernos a colaborar en las obras apostólicas de la Iglesia, como catequistas, acompañantes, formadores, visitadores de enfermos etc. Cada uno según los talentos que ha recibido de Dios. Y todavía pide que no nos quedemos en casa, sino que salgamos al encuentro de cada persona para que también pueda experimentar el gozo de la fe.
Para seguir haciendo posible todo esto es importante sentirnos partícipes también del sostenimiento de la Iglesia, de nuestra colaboración en los recursos materiales que son necesarios para ayudar a los necesitados, para mantener nuestros templos e instalaciones en buenas condiciones, para promover la formación y acompañamiento de los niños y jóvenes, de los adultos, de los matrimonios, de las personas mayores que tanto han hecho y hacen por nosotros. Sé que puedo contar también con cada uno de vosotros en este sentido, porque la familia está para ayudarse entre sus miembros y ayudar también a los demás.
Gracias porque entre todos lo hacemos posible, con la ayuda de cada uno, y con la gracia de Dios que siempre nos acompaña y sostiene.


