Fecha: 4 de enero de 2026
Estimados Melchor, Gaspar y Baltasar:
Este año os pido hogares con puertas que se abran y no se cierren por el precio del alquiler; que ningún joven tenga que escoger entre estudiar o pagar una habitación, que ninguna familia vuelva a casa con el miedo a final de mes.
Os pido pan y trabajo con derechos: no solo contratos, sino trabajo que cuide la persona, porque «trabajar ya no salva» si la precariedad muerde el alma. Y coste de la vida que no devore a los más pequeños; que la cesta de la compra no sea un vía crucis.
Os pido agua: no la que se esfume como el humo, sino una cultura del bien común que riegue los campos y las ciudades; que aprendamos a guardar, reutilizar y respetar la Creación. Que la sequía nos convierta en sabios, no en indiferentes.
Os pido coraje para acoger y humildad para aprender: que las migraciones no sean una estadística ni una trinchera, sino un encuentro donde la diversidad se transforme en casa. Que la Palabra nos haga descubrir rostros e historias, y la mesa se ensanche.
Os pido luz para la democracia. Las oligarquías económicas y tecnológicas mueven hilos invisibles que nos manipulan desde las pantallas; buscan convertir el debate en mercancía y la verdad en producto. Necesitamos ciudadanos despiertos, con criterio, medios libres, instituciones que escuchen y comunidades cristianas que piensen con el Evangelio y hablen con valentía. No nos traigáis religiones contaminadas por las ideologías.
Sabios de Oriente, traednos la gracia de ser una Iglesia en salida: sinodal, vocacional, misionera. Que cada parroquia sea hospitalidad para quien llega, fuente para el que tiene sed de Dios, horno para quien necesita pan, escuela para quien busca sentido.
Y a nosotros, dadnos el regalo de la conversión: manos abiertas yunidas, corazonesque hablen a otros corazones. En Sant Feliu, como en Belén, Dios se ha hecho próximo; que la cercanía nos salve.


