Fecha: 4 de mayo de 2025

Repetimos gestos o situaciones con cierta regularidad. Algunas veces de forma inconsciente y otras por obligaciones legales o por una convicción manifiesta. Cada día utilizamos el mismo trayecto para ir al puesto de trabajo; cada semana organizamos una comida con amigos o familiares; los domingos descansamos y acudimos a la celebración dominical; cada mes recibimos y repasamos nuestra nómina; asiduamente revisamos el coche y cumplimos con las prescripciones de su mantenimiento; igualmente atendemos las obligaciones de nuestra vivienda… Y así un montón de actos que llenan de color nuestra vida diaria.

También cada año muchos de nosotros estamos obligados por estas fechas a cumplimentar el cuestionario de la declaración de la renta. Como celebramos anualmente las fiestas patronales o buscamos el descanso en unas vacaciones. Aunque lo sabemos, existen campañas que nos lo recuerdan acentuando un cierto disfrute personal o apelando a la generosidad hacia los demás. Así resulta en la obligatoria declaración anual de nuestro trabajo o de nuestro patrimonio. Es el caso que nos ocupa en este comentario que os pongo a vuestra consideración para que ayudéis y colaboréis con las actividades de la Iglesia católica. Es muy sencillo. Se trata de marcar con una “X” la casilla correspondiente; es una decisión libre que no perjudica a nadie y es absolutamente gratuito porque ni te cobran más ni te devuelven menos. Al marcarla se destina el 0’7% de la declaración a colaborar con las actividades y el mantenimiento de la propia Iglesia. Se puede marcar la casilla para fines sociales. De hecho es una de las pocas cosas que puedes decidir sobre tus impuestos; en el caso de quedar en blanco es el Estado quien decide dónde aplicar el porcentaje.

Desde luego existen diversos modos de contribuir a las necesidades eclesiales. Quienes no estáis obligados a presentar esta declaración, entregáis vuestros donativos directamente a la parroquia para que pueda desarrollar las actividades previstas de reparación de templos, de atención a los más pobres o del sustento de quienes dedican su vida a este servicio en beneficio de toda la comunidad y de la sociedad en general. Habéis observado las campañas de publicidad que, con creatividad y finura, nos recuerdan las bondades de este sencillo gesto. Últimamente se ha fletado un autobús lleno de personas para que comprueben el destino de su contribución. Algunos de ellos eran indiferente o abiertamente escépticos a marcar la mencionada “X”. Han comprobado con sorpresa y también con satisfacción la solidaridad y el bien que se crea con esta ayuda. Otros habréis visto los carteles en las puertas de los templos o los folletos que se distribuyen explicando todos los detalles para que la verdad y la transparencia sean su mejor signo.

Como responsable de esta diócesis deseo animar a todos a marcar esta casilla. Es mi compromiso por la convicción de tanto bien realizado por parte de gran número de colaboradores y voluntarios que se desviven al servicio de los demás. Estoy convencido de que los católicos no tienen dudas al respecto. Agradezco sinceramente a todos los demás que realizan este gesto y confían en los responsables de la Iglesia para la óptima distribución de los fondos.

La cantidad conseguida llega a la Conferencia Episcopal Española que la reparte por todo el territorio con criterios de solidaridad para que llegue a las zonas con menos recursos. Son las propias diócesis las que ponen en funcionamiento este dinero para anunciar el Evangelio, sostener el clero y desarrollar la inmensa tarea asistencial de la Iglesia aquí (menores, ancianos, enseñanza…) y en las misiones de todo el mundo con una generosa implicación en los distintos pueblos y comunidades.