Fecha: 15 de junio de 2025
El pasado 21 de mayo la Santa Sede dio a conocer el nombre del obispo de Lleida, Mons. Daniel Palau Valero, de la diócesis de Sant Feliú de Llobregat. El último encargo pastoral allí ha sido la de párroco Corbera de Llobregat. Es al mismo tiempo Decano de la Facultad de Teología de Barcelona. Su biografía combina la docencia y la investigación con el trabajo pastoral concreto al frente de una comunidad parroquial. Gran cantidad de publicaciones suyas muestran el interés desde siempre por ambos ámbitos. Es un estudioso con clara vocación de aplicar todos sus conocimientos a la realidad pastoral de cada día.
El día siguiente pasó el día en nuestra diócesis con el fin de presentarse y de conocernos. Tuvo un primer contacto con el Colegio de Consultores de la diócesis, un encuentro con los sacerdotes y diáconos, una rueda de prensa con los periodistas, una comida en la casa sacerdotal y, por último una reunión con algunos miembros del Consejo Episcopal para organizar la agenda del obispo electo e informarle de la agenda diocesana.
La ordenación episcopal tendrá lugar en la Catedral el sábado, 19 de julio, a las 11 horas. Toda la comunidad diocesana está invitada a esa celebración para expresar la alegría y la acción de gracias por el nuevo pastor que el Señor envía a su pueblo. Hasta ese día la Santa Sede me ha nombrado Administrador Apostólico de la diócesis.
En el FULL DOMINICAL de la semana anterior se publicó un saludo a toda la diócesis que tituló Una nueva etapa diocesana donde el obispo electo agradecía el nuevo encargo que la Iglesia pone en sus manos y, tras algunos datos personales, exponía sus impresiones iniciales sobre todos los estamentos de la diócesis y se ponía a disposición para hacer camino con serenidad y esperanza como la invitación que Dios nos concede para crecer y madurar en la fe. Ese mismo saludo se publicó en la prensa escrita al día siguiente y los demás medios de comunicación recogieron sus ideas en los informativos correspondientes. Agradecemos a todos la atención prestada.
Hoy deseo convertirme en portavoz de todos vosotros para responder a la amable disponibilidad del obispo electo con palabras sinceras y concretas: alegría, acción de gracias y esperanza por la incorporación a esta diócesis de un pastor que continúa en la línea de la sucesión apostólica. Estamos muy felices por la inicial disposición de conocer, profundizar y renovar la esperanza en todas las parroquias, movimientos y comunidades religiosas. Queremos todos atender sus orientaciones y colaborar en sus iniciativas pastorales; contará sin duda con nuestro tiempo, con nuestras capacidades y nuestra positiva disposición. El paso de los obispos en cada diócesis nos permite una reflexión sobre la Iglesia y sobre la propia comunidad que permanece en todo el tiempo para anunciar y participar del Reino de Dios que dio a conocer el mismo Señor.
La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unidad íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano (LG, 1) y continúa su peregrinación ‘en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios’ como dice san Agustín y se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres ya que comparte el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de todos ellos en el momento presente fijando más la mirada en los pobres y los afligidos. Los obispos son los servidores de todo lo recibido de Cristo para ofrecerlo a la sociedad en general. Ya lo decía nuestro obispo en el mencionado saludo. Muchas gracias. Y que el Señor le conceda luz para guiar esta comunidad que le espera con cariño y entusiasmo.