El lunes 28 de enero tuvo lugar en la parroquia de S. Francisco de la Caleta de Ciudad de Panamá una gozosa misa de acción de gracias de los jóvenes españoles acogidos en Panamá en varios lugares pero sobre todo en el barrio de La Caleta, con el Rector P. Rómulo Aguilar.

La Eucaristía fue presidida por el Cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia y concelebraron los Cardenales Blázquez, Osoro, el obispo Gómez de Teruel y el arzobispo Vives, con los sacerdotes Raúl Tinajero, encargado de juventud en la CEE y muchos otros sacerdotes y responsables acompañantes de las diversas Diócesis participantes. Sobre todo estaban presentes muchas familias que han vivido la hospitalidad y acogida de los jóvenes en una experiencia que todos valoran con alegría y acción de gracias.

El Cardenal Cañizares remarcó el gran don que significó para todos esta peregrinación en Costa Rica, así como la Diócesis de David (Panamá) la primera semana, y después toda la segunda semana en Ciudad de Panamá con las catequesis, encuentros, celebraciones y espacios de encuentro. Y la culminación con los cuatro días con el Papa Francisco, todo bajo el lema de la Jornada: «Estoy aquí, Sierva del Señor. Hágase en mí según tu palabra». Al final de la misa los Obispos presentes recibieron de la Parroquia unas bellas ofrendas de recuerdo.

Todo el mundo remarcaba la espléndida acogida de los panameños, autoridades y familias, inclusive las otras confesiones cristianas y otras comunidades religiosas presentes en la plural sociedad panameña. También el gran éxito de organización de este pequeño país que ha sorprendido con una gran y eficaz organización, la larga preparación en los dos últimos años, y la gran cantidad de voluntarios que con corazón abierto acogieron los 600.000 peregrinos llegados en los últimos días.

La JMJ una vez más significó una gran oportunidad para plantearse la fe y el seguimiento de Jesucristo, con sentido vocacional. Para los jóvenes y para los adultos. Una apertura a las grandes preguntas del joven para su vida. El Papa animó a vivir el presente con compromiso, y a vivir una cultura del encuentro y el servicio, imitando a la Virgen María.

El lunes 28 de enero, mientras el Papa retornaba a Roma, los peregrinos españoles, que esperaban su regreso, aprovecharon para visitar el Centro histórico de Panamá, con la Catedral restaurada (y el nuevo Altar consagrado por el Papa el sábado día 26) o el Canal marítimo de Panamá, obra gigantesca de ingeniería que une los dos océanos Atlántico y Pacífico, con el Museo explicativo de su construcción.

«Ahora empieza la JMJ», dijo el Cardenal Cañizares, que después de escuchar al Papa y vivir la peregrinación de fraternidad, ahora debe comenzar la tarea de explicar a todos lo que han vivido y experimentado, y de concretar el compromiso de servicio y amor.

Los jóvenes peregrinos durante la JMJ recibieron un ejemplar del DoCat , síntesis de la Doctrina Social de la Iglesia para incentivar su conocimiento y no quedarse pasivos sino comprometidos y atentos a los necesitados, en un movimiento de ayudar a los pobres pero también de dejarse ayudar por ellos. Igualmente un Rosario para ayudar a orar y dar espacio al Dios del Amor, que Cristo nos revela.