Fecha: 14 de enero de 2024
Estas palabras son el lema escogido este año para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que, si Dios quiere, empezará el próximo jueves y finalizará el día 25 de enero con la Oración de Vísperas que tendremos en la Catedral junto con los representantes de otras iglesias y confesiones cristianas presentes en el territorio diocesano.
En esta ocasión, la preparación de los materiales para esta semana intensa de oración han sido pedidos por el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión de Fe del Consejo Mundial de las Iglesias a un equipo ecuménico de Burkina Faso, con la colaboración de la comunidad Chemin Neuf. Estos textos se hacen eco de la situación política y social inestable de ese país, amenazado por la guerra y con la pérdida de cohesión social y de los valores comunes del pueblo.
Sobre el ecumenismo, el Sínodo de los Obispos ha reafirmado, una vez más, la importancia de este trabajo en la Iglesia Católica y en las demás iglesias y confesiones cristianas. A su vez, en las aportaciones hechas desde las diferentes diócesis, también se ha dejado constancia de que es necesario fortalecer este trabajo, especialmente entre la gente más joven.
En las «Orientaciones pastorales de la diócesis» para estos próximos años he recordado que «debemos tener presente también en este trabajo el compromiso ecuménico. En este sentido, deberíamos procurar encontrar sinergias y posibilitar colaboraciones en muchos aspectos que compartimos, además de la fe en Jesucristo, aspectos como son el valor y la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana y la lucha contra la secularización que nos afecta a todos».
En nuestra diócesis tenemos una larga tradición de trabajo ecuménico a través de diversas plataformas y grupos de reflexión en diversas ciudades y con iniciativas muy diversas como las acciones que lleva a cabo el grupo Cristianos por Terrassa, en el arciprestazgo de Terrassa, y también un programa de radio ecuménico en Rubí, o la recogida solidaria de alimentos en Sabadell, entre otras muchas iniciativas.
Fruto de esta buena relación existente entre responsables y miembros de las diversas entidades cristianas ha sido, por ejemplo, la invitación que nos hicieron desde la Iglesia Unida de Terrassa para participar en un curso de liderazgo el pasado mes de noviembre, en el que tuve la oportunidad de participar en alguna sesión, junto con algunos sacerdotes y seminaristas. La experiencia resultó enriquecedora por el nivel de las aportaciones y conferencias y por el hecho de que se puso de manifiesto que, ante retos que nos son comunes, podemos trabajar juntos para afrontarlos y llegar de esta manera a ser expresión de aquella unidad tan deseada que el Señor pide en el contexto de la Santa Cena: «Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también estén en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17, 21).
Os invito a todos, pues, a tomarnos con la importancia que corresponde esta semana de oración. Tengamos presente esta intención en las diversas celebraciones de las parroquias, comunidades y asociaciones. Tengámoslo presente también en nuestra oración personal. Y pidamos a Dios que nos abra más los ojos para encontrar caminos de cooperación y colaboración en aquellos ámbitos en los que avanzar juntos puede ser una realidad y expresión del amor a Dios y a los demás.