Fecha: 3 de enero de 2021

Hace un mes se presentó el nuevo libro del Papa Francisco Soñemos juntos, en el que reflexiona sobre la crisis de la Covid-19 y todas sus consecuencias. El texto es como una hoja de ruta para afrontar la situación de la sociedad después de esta pandemia, y en él afronta con esperanza la post-pandemia y los desafíos que trae consigo para el futuro de la humanidad. A lo largo del texto responde a diferentes cuestiones y problemas candentes tanto en la Iglesia como en la sociedad. Será un buen instrumento para detectar los obstáculos de fondo que dificultan la salida de esta crisis, y para que se convierta en una oportunidad de mejorar el mundo.

El Papa subraya que esta crisis ha puesto de relieve la desigualdad y la injusticia que reinan en nuestra sociedad, y hace una crítica lúcida y valiente de las causas que han llevado a la situación actual. A la vez, destaca la fuerza de la solidaridad, la capacidad de recuperación, la generosidad y la creatividad de tantas personas que ponen el corazón y los medios al servicio de los demás, y que se entregan a la tarea de mejorar la sociedad, articulando un sistema económico más justo e intentando salvar la casa común. Por eso exhorta a trabajar para que tanto dolor soportado en este tiempo no sea en vano, sino que saquemos las lecciones pertinentes de cara al futuro.

Acaba de comenzar un nuevo año civil, y como cada año, el día 1 de enero celebramos la solemnidad de Santa María Madre de Dios y la Jornada Mundial de la Paz. El Papa Francisco nos ha obsequiado con un mensaje que lleva por título «La cultura del cuidado como camino de paz». Está dirigido de forma especial a los jefes de estado y de gobierno, a los responsables de las organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los fieles de diversas religiones. En él destaca la cultura del cuidado como una condición indispensable para la paz, en un momento en que el mundo se encuentra afligido por la pandemia del coronavirus y por diversos conflictos en numerosos lugares.

Después de recordar que el año pasado quedará marcado por la gran pandemia de la Covid-19, dirige su pensamiento a los más afectados, los que han perdido familiares o seres queridos, los que han perdido su empleo, y los profesionales de la sanidad y otros ámbitos, que se han entregado con generosidad y sacrificio, hasta el punto de que muchos sufrieron contagio y algunos fallecieron. Todas esas experiencias y sufrimientos «nos enseñan la importancia de hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación».

En el mensaje se presenta a Dios Creador como origen de la vocación al cuidado y como el modelo mismo de cuidado. Es una llamada a cuidar de la naturaleza, de la propia vida y de los demás. Jesús transmitirá esa cultura del cuidado a los discípulos y apóstoles, que lo pondrán en práctica a través de las obras de misericordia, espirituales y corporales. En la actualidad, la cultura del cuidado se fundamenta en los principios de la doctrina social de la Iglesia, a través de la promoción de los derechos humanos, la solidaridad con los pobres, la preocupación por el bien común y la salvaguarda de la creación.

Fijemos también en este tiempo la mirada en María, que siempre vive en servicio delicado a los demás. Comencemos el nuevo año con la esperanza renovada para salir de esta pandemia y de todas las pandemias materiales y espirituales que se harán presentes en el camino de la vida, porque como nos señala el papa Francisco en el libro Soñemos juntos, «para salir de la pandemia no solo debemos encontrar la cura para el coronavirus, que es importante. También debemos encontrar cura para los grandes virus humanos y socioeconómicos».

Feliz y Santo Año Nuevo.