Fecha: 1 de octubre de 2023

El próximo fin de semana, un buen número de cristianos, presididos por los obispos de las diócesis con sede en Cataluña, peregrinaremos a Roma con motivo del 800 aniversario de la creación de la Cofradía de la Virgen de Montserrat, dando gracias a Dios por los beneficios recibidos a través de su Santísima Madre.

Fue en 1223 cuando Ramon, abad de Ripoll, y el prior de Montserrat, Berenguer de Bac, instituyeron la Cofradía de la Virgen de Montserrat con la aprobación del arzobispo de Tarragona, Aspàreg de Bac, y el impulso decidido de la reina Elionor de Aragón, los cuales serían los dos primeros cofrades de la nueva institución acabada de erigir. Posteriormente, en 1453, el papa Nicolàs V concedió indulgencia plenaria a los cofrades a la hora de su muerte.

Con el paso de los años la cofradía ha conocido épocas de gran esplendor con gran número de cofrades y otros en decadencia. En los tiempos actuales, desde el Santuario de Montserrat, se ha dado un nuevo impulso en la vida de la Cofradía, especialmente desde el año 2017 con la aprobación de los nuevos estatutos.

Entre otras cosas se ha promovido la recuperación de las delegaciones de la cofradía en las parroquias. En nuestra diócesis, diversas parroquias han recuperado la cofradía que existió en épocas anteriores, o la han creado donde no existía, y esta recuperación ha comportado, a la vez, una renovación de la vida cristiana y un buen número de personas se han adherido a las delegaciones. Yo mismo recuerdo que presidí la celebración de la Eucaristía con motivo de la recuperación de la cofradía en la parroquia del Sant Esperit y Catedral de Terrassa a finales del curso pasado.

Otra de las iniciativas en esta renovación ha sido promover este peregrinaje a Roma, donde seremos recibidos por el Santo Padre Francisco. Todo un conjunto de actos se han organizado entre los días 6 y 9 de octubre en la ciudad eterna.
Es cierto que la devoción a la Virgen María está arraigada a nuestras vidas, en la vida de cada cristiano, como no puede ser de otra manera, puesto que reconocemos en ella nuestra madre, por voluntad de Jesús al pie de la cruz. Y en nuestra casa la advocación de Montserrat nos es muy propia.

Muchas parroquias de nuestra diócesis peregrinan cada año a Montserrat a implorar la ayuda del Señor a través de su Madre, y son diversos los arciprestazgos que, de manera conjunta y coordinada, organizan anualmente una peregrinación de las parroquias que lo forman. En mi caso, cada año acompaño alguna de estas romerías presidiendo la celebración de la Eucaristía en la Basílica del Santuario, y puedo comprobar cada vez la gran devoción y aprecio que se tiene a nuestra madre. Y, además, es bueno recordar que somos una diócesis puesta bajo la mirada maternal de María, que es la Fuente que nos lleva a la verdadera Salud, que es el Señor.

No es extraño, pues, que en nuestra diócesis se haya recibido con gran gozo e ilusión este peregrinaje a Roma y un buen número de diocesanos peregrinaremos junto con las otras diócesis.

Confío que esta peregrinación nos ayude a fortalecer nuestra devoción filial a María, que nos acompaña a lo largo de nuestra vida y que es nuestra protectora en medio de las dificultades y peligros que pasamos. En la Virgen descubrimos nuestra humanidad llevada a la plenitud, y ella nos ayuda a ser cada día mejores cristianos y más buenos ciudadanos.