El día 21 de octubre en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, beatificó en nombre del papa Francisco a un numeroso grupo de religiosos claretianos, mártires de la persecución religiosa que sufrió España durante la Guerra Civil (1936-1939). Encabezan esta gloriosa lista de testigos el P. Mateu Casals, el estudiante Teófilo Casajús y el hermano Ferran Saperas, que derramaron la sangre por Jesucristo y la Iglesia.
El Cardenal Amato en su homilía puso de relieve cómo los mártires son luminosos para toda la Iglesia y la humanidad porque llegan a la cima del amor que es dar la vida. Ellos nos orientan a los cristianos de hoy para dar testimonio de nuestra fe con humildad, espíritu de sacrificio y seguimiento de Cristo Crucificado, por la vida del mundo. El ardiente amor a María Inmaculada que San Antonio María Claret inculcó en sus hijos dio fruto en este gran grupo de 109 mártires la gran mayoría de ellos provenientes de las Diócesis catalanas.
En la solemne celebración participó el Cardenal Omella, el Arzobispo Pujol, el Nuncio Fratini, los Obispos de Cataluña y muchos Obispos provenientes de España, de América y de África, de la Orden claretiano, así como el P . General de los Claretianos Vattamattam y muchos Provinciales, y una multitud de peregrinos, entre ellos, muchos familiares de los nuevos Beats, que llenaron la Basílica de la Sagrada Familia.

Fotos: Misioneros claretianos – Ramon Ripoll