El martes 21 de abril de 2020, los obispos que forman la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET) han llevado a cabo la reunión número 234 de la CET, en modalidad telemática, y en la cual han podido participar todos los obispos.

1. Los obispos han reflexionado sobre la pandemia que ha provocado el COVID-19 en todo el mundo y de manera muy significativa sus repercusiones en las diez diócesis con sede en Cataluña. Unidos al mensaje constante que el papa Francisco hace llegar a todo el mundo desde Roma recuerdan que «nos encontramos en la misma barca, frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente».

Los obispos lamentan el número tan grande de víctimas mortales de esta pandemia y las llevan a la oración cada día, así como a sus familiares y a todos quienes les lloran, y esperan que pronto se puedan celebrar sufragios públicos para todos los difuntos. También oran y se duelen por los enfermos ingresados en los hospitales o los aislados en su casa. De manera muy especial, recuerdan a las personas que viven en residencias de ancianos y a sus cuidadores, y a los que han de pasar el duro confinamiento en soledad.

Asimismo manifiestan su preocupación porque el confinamiento que vivimos para evitar la propagación de la enfermedad tenga consecuencias en las condiciones laborales de los trabajadores, y en la vida económica, empresarial y social del país. Consideran que hay que preparar ya acciones y ayudas que pongan remedio a las repercusiones que acabará teniendo en las personas y las familias más vulnerables.

Los obispos expresan el agradecimiento a todo el personal sanitario que tantas atenciones, médicas y humanas, prestan a los enfermos y a sus familias, así como valoran la dedicación de los investigadores, los servidores públicos y todas las personas y empresas, voluntarios y colaboradores que con su trabajo generoso mantienen activas las infraestructuras básicas de la sociedad y las atenciones a los que más lo necesitan.

2. La pandemia ha afectado profundamente la vida eclesial de las comunidades y parroquias porque ha obligado a mantener un confinamiento que no ha permitido las celebraciones de la Eucaristía con participación de fieles. Los obispos agradecen a los sacerdotes y diáconos, catequistas, maestros… la dedicación y el trabajo realizados con diligencia y creatividad para que las repercusiones del confinamiento fueran las mínimas posibles. Esperan que la comunidad cristiana pronto pueda volver a reunirse junto al altar para celebrar la Eucaristía y los otros sacramentos.

También han empezado a plantear cómo se deberá llevar a cabo la reanudación de las celebraciones litúrgicas en las parroquias, que hasta ahora se han seguido a través de los medios de comunicación, o se han celebrado por vía streaming desde muchas parroquias.

Las diócesis darán orientaciones sobre cómo celebrar las primeras comuniones y confirmaciones, bautismos y matrimonios, previstos en los próximos meses, y que estarán supeditadas, lógicamente, a la superación de la actual pandemia, teniendo en cuenta las indicaciones que las autoridades vayan comunicando.

3. Los obispos han tratado diversas cuestiones de la vida eclesial de las diócesis. En este sentido, han decidido trasladar los actos para conmemorar el vigésimo quinto aniversario del Concilio Provincial Tarraconense de 1995 a los días 23 de enero y 9 de marzo de 2021, así como aplazar otros encuentros pastorales que estaban proyectados para los meses de mayo y junio.

4. Han estudiado un informe elaborado por la Escuela Cristiana de Cataluña sobre la incidencia que tiene el confinamiento en las escuelas. En estas circunstancias difíciles, las escuelas cristianas han procurado mantener, utilizando todos los mecanismos posibles, la continuidad de los procesos de enseñanza de los alumnos y el acompañamiento de la comunidad educativa.

Las escuelas se encuentran con el reto importante de la financiación pública, que ya era insuficiente hasta ahora, y que en las actuales circunstancias resulta absolutamente necesario adecuar al coste real de la plaza escolar.

5. El cardenal Joan Josep Omella ha informado que la Conferencia Episcopal Española ha hecho llegar a Cáritas Española la cantidad de 6,5 millones de euros para que se distribuyan a las Cáritas diocesanas para hacer frente a las necesidades originadas por la pandemia. Las Cáritas diocesanas y las parroquiales desde el primer día mantienen y refuerzan los programas de atención a las personas más vulnerables ante las consecuencias sociales y económicas de esta emergencia.

6. Los obispos han expuesto diversas acciones que se llevan a cabo en sus respectivas diócesis para ofrecer servicios, acompañamiento, ayuda material y espiritual a todos los afectados y al conjunto de la sociedad. También han hecho un seguimiento de la situación de los sacerdotes enfermos o que han fallecido a causa de la pandemia, así como de la difícil situación que se está viviendo en muchas residencias de ancianos y comunidades de vida consagrada de Cataluña.

Los obispos piden mantener e intensificar la oración al buen Dios para que, por intercesión de los patrones de Cataluña, la Virgen de Montserrat y el mártir San Jorge, que pronto celebraremos, nos libere de esta pandemia y nos fortalezca en la fe y la caridad.

 

Tarragona, 21 de abril de 2020