El sábado 29 de abril tuvo lugar en la Casa de la Iglesia, de Sant Feliu de Llobregat, una matinal formativa organizada por las Delegaciones de Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Tarraconense. Los retos actuales para la familia que se han querido tratar son dos: La teoría de género, por una parte, y la diversidad sexual y la educación católica en el sistema educativo, por otra parte. Esto fue posible gracias a las ponencias de la Dra. Teresa Pueyo Toquero, profesora de Antropología Social de la Universidad Abat Oliba CEU, y del Sr. Ignasi Diaz Ventura, docente de religión católica en instituto público, en Cornellà de Llobregat, respectivamente.

El sentido de la jornada

De acuerdo con la teoría de género, la identidad sexual puede ser autodefinida por cada persona, según sea sentida, sin necesidad de correspondencia con su naturaleza. No existe una naturaleza dada y, si existe, no tiene ninguna relevancia. Los cuerpos masculinos o femeninos son solo una noción socialmente establecida. La proliferación de personas que expresan una diversidad sexual es vista por la teoría de género como una confirmación de sus tesis.

La realidad es que la rebelión contra una dimensión de la vida humana como es la corporalidad va acompañada de un sufrimiento personal y familiar que no queda aliviado con el mero reconocimiento del derecho a la igualdad de trato y la no discriminación. Ante este sufrimiento, la Iglesia acoge y acompaña desde la caridad y la verdad. Este es el marco que ha motivado la Jornada.

Al inicio de la misma, se comenzó con la oración del papa Francisco por las familias. En ella se nos invita a contemplar en la Sagrada Familia el esplendor del auténtico amor y a invocar su intercesión para que las familias lleguen a ser lugares de comunión y para que el próximo Sínodo de los Obispos pueda desvelar en todos la conciencia de la belleza del proyecto de Dios sobre la familia.

A continuación, el obispo Agustín Cortés centró el objetivo del encuentro, hablando de la importancia de “la familia como fundamendo y levadura de la sociedad” y ante la situación actual afirmó que “no queremos quejarnos, sino promover en positivo la comunidad de vida y amor que es la familia”, porque cuando la familia está bien, la sociedad está bien.

La teoría de género, ¿una deconstrucción de la persona?

La Dra. Teresa Pueyo Toquero, profesora de Antropologia Social de la Universidad Abat Oliba CEU, hizo un recorrido por Nietzsche, Sartre y Simón de Beauvoir para mostrar la génesis y el desarrollo de la teoría de género, iniciada por el feminismo. Según este, el sistema patriarcal ejerce una opresión sexual sobre las mujeres mediante la imposición de la sexualidad heterosexual abierta a la procreación. El feminismo adoptará la idea de revolución sexual y cultural como forma de liberación. Introduce la distinción entre sexo y género, que implica que la identidad sexual queda desvinculada de la naturaleza humana. Para el feminismo queer, el cuerpo es una construcción que puede ser manipulada por la voluntad. Ser mujer u hombre es resultado del deseo. Nadie lo es. Sólo quedan personas con género fluido. Este cuerpo teórico se está introduciendo en todas las instancias (escuelas, medios de comunicación, redes sociales, mundo artístico, familias…).

Ante esta situación, la Dra. Pueyo acabó expresando la esperanza de que la situación actual lleve a una reflexión sobre el sentido del cuerpo y la naturaleza, pues en el fondo, ella cree que las búsquedas de identidad son manifestaciones de la búsqueda desesperada de Dios.

Diversidad sexual y educación católica en el sistema educativo.

Por su parte, el Sr. Ignasi Diaz Ventura, docente de religión católica en un instituto público de Cornellà de LLobregat, habló de cómo el relativismo y la ideología de género está entrando en toda la esfera de la vida escolar. A partir de la nueva normativa de la LOMLOE, en todas las materias curriculares ha de estar presente la perspectiva de género, así entendida. Mostró la dificultad que tienen muchos padres para escoger la educación de los hijos. En particular, por la intención de suprimir la clase de religión en la escuela pública, la educación diferenciada en la concertada o la introducción de una educación dogmática, como la de género, que llega a negar el sentido común. Animó a las familias a potenciar las asociaciones de padres para revitalizar las escuelas, así como fortalecer la oración y la vida de fe, siempre unidos al magisterio del Santo Padre.

Diálogo final.

En el diálogo con los asistentes, surgieron interrogantes sobre el porqué de la parálisis de las familias y el posible excesivo empoderamiento de los niños en decisiones para las que no están suficientemente formados, y cómo las escuelas confesionales pueden ser educadoras cristianas en la verdad. En este sentido se nombró el documento “la identidad de la escuela católica”, de enero 2022, que en su punto 96 dice así:

«Si no se reconoce la verdad trascendente, triunfa la fuerza del poder y cada cual tiene a utilizar hasta el extremo los medios de los que dispone para imponer su propio interés o la propia opinión, sin respetar los derechos de los demás.»