Fecha: 23 de enero de 2022

Hoy, tercer domingo del tiempo ordinario, celebramos el Domingo de la Palabra de Dios, una jornada mundial y pontificia instituida hace un par de años por el papa Francisco con la carta apostólica «Aperuit IIlis» –AI– de 30 de septiembre de 2019. El Papa invita a la Iglesia universal a dedicar un domingo completo a la Sagrada Escritura.

Con motivo de esta celebración, en las diócesis con sede en Cataluña, se convoca la VI Semana de la Biblia, del 23 al 29 de enero de 2022. Oremos para que con nuestro esfuerzo, cada año un poco más, la Palabra de Dios sea conocida y amada en nuestro territorio.

Marcados por la situación de pandemia, que tanto sufrimiento y desasosiego ha causado y causa todavía, este año el lema de la Semana de la Biblia es «La Palabra, fuente de consuelo y esperanza», un lema que se basa en un versículo de la Carta a los Romanos. En este texto del Nuevo Testamento, podemos leer que «todo lo que se escribió en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que a través de nuestra paciencia y del consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza» (Rm 15,4).

Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo, escribió san Jerónimo siglos atrás (cf. DV 25). San Jerónimo dedicó gran parte de su vida a la meditación de la Palabra de Dios, a su estudio y profundización, y aportó a la Iglesia un inestimable legado: la Biblia traducida al latín, idioma extendido en aquella época (siglos IV y V) y que llegó a convertirse en idioma oficial de la Iglesia. Fue, pues, un primer esfuerzo por acercar la Palabra de Dios en toda aquella parte del imperio romano que no conocía el griego.

Meditar y rezar con la Sagrada Escritura es el camino para encontrar a Jesucristo, seguir sus huellas y descubrir el sentido de nuestra vida. Como dice el papa Francisco: «es bueno que no falte nunca en la vida de nuestro pueblo esta relación decisiva con la Palabra viva, que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de la fe» (AI 2).

El Papa ha querido que el Domingo de la Palabra tenga lugar dentro del octavario de oración por la unidad de los cristianos. La Semana de la Biblia también quiere significar el valor ecuménico de la Sagrada Escritura que «indica, a quienes se ponen en actitud de escucha, el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad». (AI 3).

Queridos hermanos y hermanas, tomemos conciencia de la importancia de la Sagrada Escritura, que nos pone en diálogo vivo y permanente con el Señor. Más allá de esta semana, hagamos que la Sagrada Escritura nos acompañe siempre, encontremos un espacio para vivirla en nuestro hogar. Os animo a dedicar un rato a escuchar atentamente la Palabra, dejando que el Resucitado ilumine nuestras angustias y decepciones con la luz de la Palabra, fuente de consuelo y de esperanza.