Fecha: 19 de mayo de 2024
Queridos diocesanos, amigos y amigas: ¡os deseo un Santo Pentecostés!
Cómo sabéis, en el seno de la Conferencia Episcopal Española, formo parte de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, y dentro de esta comisión me toca acompañar al “Foro de Laicos”, entidad que reúne y coordina asociaciones y movimientos laicales presentes en muchas de nuestras diócesis. Cada año, con motivo de la solemnidad de Pentecostés, los obispos miembros de esta comisión episcopal publicamos un mensaje con motivo del Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. El lema de este año es: Laicos por vocación, llamados a la misión. Os cito unos fragmentos.
Necesitamos recordar que hemos celebrado un Encuentro sobre el Primer Anuncio (Madrid, 16-18 de febrero) y que nos estamos preparando para un Congreso sobre las Vocaciones (Madrid, 7-9 febrero de 2025). Queremos que resuene con fuerza el llamamiento que la Iglesia ha recibido, como asamblea de convocados, pueblo de Dios unido en la misión, a vivir su vocación, que tiene como horizonte la misión. Y de una manera especial destacamos la vocación laical, la de la inmensa mayoría de los bautizados, que hacen presente y anuncian la alegría del Evangelio en el corazón del mundo.
En este sentido, merece la pena tener en cuenta unas lúcidas palabras del Papa Francisco, del 19 de marzo del año 2016, donde decía: “Mirar al pueblo de Dios es recordar que todos ingresamos en la Iglesia como laicos. El primer sacramento, el que sella por siempre jamás nuestra identidad y del cual tendríamos que estar orgullosos es el del bautismo (…). Nuestra primera y fundamental consagración hunde sus raíces en nuestro bautismo. A nadie le han bautizado siendo cura, ni obispo. Nos han bautizado siendo laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar. Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una élite de sacerdotes, de consagrados, de obispos, sino que todos formamos el santo pueblo fiel de Dios”.
En el mencionado mensaje de la comisión episcopal para los laicos, los obispos firmantes decimos que este texto del Santo Padre “nos permite evitar ciertas deformaciones en las que a veces hemos caído, considerando a los laicos como cristianos de segunda categoría, actores de reparto o simples colaboradores de los pastores en la misión salvífica de la Iglesia. (…) Como afirma el informe de síntesis de la primera sesión del Sínodo, Una Iglesia sinodal en misión, en su parte central, todos somos discípulos y todos somos misioneros.”
Hoy, solemnidad de Pentecostés, recordando la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y el nacimiento de la Iglesia, agradecemos la constancia y el servicio abnegado de las delegaciones diocesanas de apostolado seglar, los movimientos y asociaciones, la Acción Católica y el testimonio anónimo de tantos laicos y laicas que por vocación están comprometidos en la misión evangelizadora.