Fecha: 19 de marzo de 2023
La fiesta de San José, que este año se celebra en domingo de Cuaresma, nos acerca un año más a lo que ha sido definido como «el corazón de la Diócesis», el Seminario. Actualmente en nuestro Seminario diocesano hay 4 seminaristas y el año pasado pudimos ordenar 2 nuevos presbíteros, Mn. Álex y Mn. Jerrick. ¡Damos gracias a Dios! Conviven con los seminaristas de Cataluña en el Seminario Interdiocesano que tiene 24 alumnos de las 7 Diócesis integradas; en el Seminario de Terrassa son 18; y en el Seminario de Barcelona son 23 más los 4 de Sant Feliu de Llobregat. El total de seminaristas en Cataluña son 69. En España actualmente hay 958 seminaristas y se ordenaron 99 presbíteros el pasado año.
El tiempo del Seminario o de la formación inicial, es tiempo de gracia y de preparación, que puede entenderse como un particular “tiempo de Nazaret” para los futuros sacerdotes. Un Nazaret -el lugar de los largos años de vida escondida del Señor, cerca de St. José y de Sta. María-, en el que, viviendo en comunidad, rezan, estudian, se convierten en servidores de todos, maduran en la fe y en la caridad pastoral para que un día no lejano, el Señor -a través del ministerio del obispo- los configure a Cristo Buen Pastor y los envíe a servir a los hermanos. Para ello, hay que levantarse y ponerse en camino, como destaca el lema del Día del Seminario de este año. Quien ha escuchado la llamada de Cristo y el clamor de los hermanos, de los pobres, ya no puede permanecer inactivo o perezoso. Debe levantarse, salir de sí mismo y empezar un camino de seguimiento de Cristo que le llevará lejos, por caminos desconocidos, pero que harán su felicidad y la de los hermanos que se beneficiarán.
El Sínodo de comunión, participación y misión anima también a los seminaristas a entregarse plenamente a la voluntad de Dios y a fomentar el espíritu apostólico generoso, para ser evangelizadores entregados al Reino de Dios. Toda la comunidad cristiana debemos querer suscitar respuestas de entrega al Señor. Podríamos tener la tentación de quedarnos inactivos y orgullosos con nuestra fe, sin compartirla ni anunciarla, oportuna e inoportunamente. Debemos ser una Iglesia sinodal y toda ella preocupada por las vocaciones al ministerio, enardecida por anunciar el Evangelio, que vive la comunión fraterna y es apostólicamente valiente, abierta a cumplir en todo la voluntad del Padre, y así recibir dones de vocaciones de consagración y de servicio.
Los 4 jóvenes seminaristas Carlos, Mateo, Edinson y Gilbert, que este sábado día 18 recibirán la Admisión a las órdenes, que es la bendición eclesial de su vocación, actualmente se preparan para ser presbíteros de nuestra Diócesis de Urgell y son un gran tesoro para todos. Vienen tras la generación de santos sacerdotes que han ejercido el ministerio apostólico entre nosotros con toda fidelidad y entrega. Y debemos recordar a nuestros beatos mártires, Mn. Josep Tàpies y sus 6 compañeros, que son la gloria y el ejemplo de nuestro presbiterio. A ellos encomendamos nuestro Seminario y los futuros ministros de nuestra Iglesia, para que les ayuden a ser apóstoles valientes, llenos de la caridad de Cristo. Vale la pena ser sacerdote de Jesucristo, y la sociedad los sigue necesitando en tantos campos que superan la dimensión puramente espiritual y religiosa. Oremos por los seminaristas, por sus formadores y profesores, por su proceso de maduración, y ayudemos al Seminario con nuestras aportaciones y nuestro interés activo.