Fecha: 10 de noviembre de 2024

Un año más, en la proximidad del Día de la Iglesia Diocesana (Jornada de Germanor), me dirijo a todos vosotros para recordaros, por un lado, cuál es la tarea de la Iglesia y cómo se traduce en cifras toda su actividad y, por otro lado, cómo ello es posible gracias a vuestro apoyo humano y económico.

En este momento del curso, la Iglesia diocesana repasa todo un año de vida pastoral, litúrgica, cultural, educativa y de acción caritativa. Cada segundo domingo de noviembre, en la Jornada de Germanor, la Iglesia se muestra tal como es, con transparencia; explicamos qué hacemos y cómo lo hacemos.

La colecta de Germanor nos permite hacer una aportación económica extraordinaria para la misión de la Iglesia. Una misión que ha recibido del Señor y que quiere llevar a cabo viviendo los valores de la solidaridad, la fraternidad y la misión.

Vuestra colaboración contribuye, pues, a reforzar el servicio de la Iglesia diocesana y, por lo tanto, de las parroquias y de todas las entidades que forman parte de ella, como Cáritas diocesana y las Cáritas parroquiales, entre otras.

Con vuestro apoyo, vuestra aportación, vuestro tiempo y vuestra oración, seguro que lograremos, entre todos, que la familia de la Iglesia sea más fuerte y pueda anunciar el Evangelio y ayudar a los hermanos y hermanas que más lo necesiten.

La solidaridad, la fraternidad y la misión han sido desde siempre directrices que han marcado el camino de la Iglesia y también, por tanto, de nuestra archidiócesis. Siendo solidarios, fraternos y misioneros contribuimos al bien común.

Todos somos una gran familia, donde nos ayudamos los unos a los otros. Formar parte de esta gran familia, que es la Iglesia, hace que nos sintamos aliviados y protegidos, porque el Señor vela por todos. Este espíritu de comunión y solidaridad queda reflejado también en el Fondo Común Diocesano, que se rige por el principio de que todos aportan según sus capacidades y reciben según sus necesidades.

En este día de la Iglesia diocesana os quiero hacer partícipes del esfuerzo que hacemos entre todos para hacer realidad los ejes de nuestro Plan Pastoral que, este curso, prioriza el objetivo de anunciar la buena noticia de Jesús.

Queridos hermanos y hermanas, gracias a todos por estar ahí, por colaborar con vuestra entrega personal, vuestra oración, vuestra ayuda y vuestro aprecio. Que Dios os bendiga y os guarde en su paz.