Fecha: 4 de agosto de 2025
Los jóvenes de la diócesis de Lleida que en los últimos días han peregrinado hasta Roma para participar en el Jubileo de los jóvenes, que este domingo reunió a más de un millón de chicos y chicas de todo el mundo en torno al papa Lleó XIV, ya han regresado a Lleida, acompañados por el delegado de Juventud del Obispado, mosén Manel Mercadé. Ha sido una experiencia transformadora para estos jóvenes, que durante el fin de semana también recibieron la visita del obispo Daniel. A las once y media de la mañana llegaron en autocar a la explanada del Camp d’Esports, donde se separaron de los peregrinos venidos de Tortosa, que continuaron su camino hacia casa.
Víctor, uno de los jóvenes leridanos que participaron en la peregrinación, explicaba que “ha sido una gran experiencia, en la que hemos podido compartir ideales, compartir la fe entre nosotros y, de algún modo, volver a nacer como cristianos”. “Nos hemos redescubierto como católicos, como creyentes”, contaba este chico de 19 años, quien añadía: “me consideraba poco practicante, pero vivir todo lo que representa Roma y ver a tantos jóvenes como yo y sentir la fuerza que transmite este renacer espiritual, me ha abierto los ojos y me ha hecho sentir que Dios me llama a seguir adelante”.
Marta, otra de las leridanas que ha viajado a Roma, estaba eufórica por la experiencia: “He conectado con personas increíbles, con quienes hemos hecho una piña espectacular. Hemos compartido momentos únicos, risas, reflexiones, canciones, abrazos y mucha fe. Y todo esto me ha hecho sentir más viva que nunca”. “Doy gracias a Dios por haber puesto esta experiencia en mi camino, por todas las personas que he conocido y por todo lo que me llevo en el corazón”.
Por su parte, el obispo Daniel Palau también ha regresado de Roma contento por la experiencia vivida con los jóvenes. En declaraciones a Catalunya Religió ha explicado que en experiencias como la del Jubileo “se dan momentos gratuitos de encuentro con los jóvenes, que muchas veces no se pueden dar de forma habitual durante el año”. Ha añadido que “me quedo con los momentos de diálogo con los jóvenes porque son muy auténticos, estimulantes y sinceros. También destaco los momentos en los que la música nos ha ayudado a acompañar la fe y a expresar ese momento interior de relación con el evangelio y con Jesús”. El prelado ha asegurado que “los jóvenes buscan referentes que acompañen y que escuchen; no que impongan” y ha considerado que “la Iglesia está viva, aunque a veces el individualismo se coma muchos de estos momentos de vivir de forma comunitaria”.
