La primera cita del segundo día de la visita ad limina —día 11 de enero— ha tenido lugar en la Basílica Pontificia de San Juan de Letrán. Allí se ha celebrado la misa que ha presidido el arzobispo Joan Planellas. Durante la homilía, ha recordado que la Basílica de San Juan de Letrán es «madre y cabeza de todas las iglesia de la ciudad y del mundo» y ha hecho un resumen histórico del templo donde han celebrado la Eucaristía.

Por último, Mons. Planellas se ha dirigido al resto de prelados y les ha pedido preguntarse «si nuestra fuerza como pastores, como Pueblo de Dios, como Iglesia Universal proviene siempre de la riqueza liberadora de Jesús». En este sentido, ha remarcado que es necesario saber «poner nuestras manos al servicio de la profundidad de la Iglesia fundada y que descansa en el propio Señor».

Tras la celebración litúrgica, durante la mañana, han tenido lugar las reuniones con la Congregación para los Obispos, que es la congregación de la curia romana que realiza la selección de los nuevos obispos antes de la aprobación papal. Los obispos han podido hablar de lo que puede significar la comunión de la Iglesia en todos los obispos, vida religiosa y el laicado. Acto seguido han visitado la Congregación para la Doctrina de la Fe, un órgano colegiado de la Santa Sede que vela por custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia. Han podido debatir los últimos temas como los abusos y la consecuencia que esto conlleva a la sociedad.

Por otra parte, por la tarde han sido recibidos en la sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, el dicasterio más antiguo en la Curia romana que colabora más de cerca con el Sumo Pontífice ejercicio de su misión. Está presidida por el Secretario de Estado y ejerce todas las funciones políticas y diplomáticas de la Santa Sede. Los obispos han sido hablados sobre la relación Iglesia-sociedad y cómo la Iglesia no busca nunca privilegios sino servir al bien común de la sociedad.