Fecha: 21 de enero de 2024
Por iniciativa del Papa Francisco la Iglesia celebra hoy el DOMINGO DE LA PALABRA, así como también la Semana de la Biblia.
El concilio Vaticano II, en la Constitución dogmática sobre la Divina Revelación, dice que la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la Sagrada Liturgia (Dei Verbum 21).
En el Aula Conciliar del Vaticano II resonó firme la voz de Mons. Neophytos Edelby, Arzobispo melquita de Edesa, hablando de dos consagraciones inseparables: la del Cuerpo de Cristo bajo las especies del pan y del vino, y la de la Historia de la Salvación bajo las especies de la palabra.
Ya el apologeta san Justino (mártir bajo Domiciano en el año165) describe la Eucaristía dominical como una celebración con dos partes: la primera, dedicada a la lectura de las “Memorias de los apóstoles” (evangelios) y de los Profetas (Antiguo Testamento) con homilía del Presidente y oración común (Plegaria de los Fieles); y la segunda, propiamente eucarística, que conmemora la Institución de la Eucaristía citando las palabras del Señor en la Santa Cena.
Cuando el Vaticano II habla de “venerar la palabra de Dios” se refiere a la distribución del pan de vida de la Palabra de Dios a todos los fieles. En nuestros tiempos la Iglesia está viviendo un progreso notable en el acercamiento a la Palabra de Dios con proliferación de Grupos de Biblia, sobre todo según el esquema de la Lectio Divina como método garantizado para crecer en santidad. La persona orante se pone ante Dios que le habla planteándose “¿Qué dice este texto?”, desentrañando el sentido a menudo difícil del texto bíblico; “¿Qué me dice hoy a mí?”, sintiéndome personalmente interpelado por su palabra viva; “¿Qué le digo yo ahora a Dios que me ha hablado?”, con diálogo de amor cordial; “¿Qué haré como compromiso de amor a Dios?”, para que la lectura de la Palabra de Dios no permanezca inútil en mi vida.
El Papa Benedicto XVI, 45 años después de la Dei Verbum, en la Exhortación Apostólica post-Sinodal Verbum Domini (30-IX-2010) insistía: Nunca hemos de olvidar que el fundamento de toda espiritualidad cristiana auténtica y viva es la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia (Verbum Domini 121).
Se ha dicho que la Iglesia es la Comunidad de quienes escuchan la Palabra de Dios para ponerla en práctica y, en la medida que la practican, la van entendiendo mejor. Sin olvidar, no obstante, que la Mesa del Pan de Vida es doble: de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo.
Que esta Semana de la Biblia sea para todos, una buena ocasión de vivir el lema elegido por la Santa Sede para la edición de este año: «Permaneced en mi Palabra» (Jn 8,31).