Fecha: 11 de abril de 2021

Creo que todos los años hago una llamada a quienes formáis parte del mundo escolar para que inscribáis a los alumnos en la clase de Religión. Vuelvo de nuevo sobre ello vista la aprobación de una nueva ley de educación para todo el país en la que se tienen fuertes sospechas de arrinconar o sacar del curriculum una materia que contribuye a educar integralmente a niños y jóvenes.

Mi llamada va más allá del círculo de la comunidad educativa escolar. Se dirige a toda la sociedad con el interés de alertar de su importancia y de discutir los argumentos que ningunean una materia valiosa para todos por los conocimientos de nuestra cultura que proporciona, por el fortalecimiento de los valores que propugna y por el impulso al servicio de la sociedad que pregona y la hace coherente.

En primer lugar me sorprende la frivolidad de algunas declaraciones de autoridades políticas y académicas justificando la desaparición en la práctica de una materia que tanto ha beneficiado al sistema social. O lo que es peor, en ocasiones se nota demasiado una aversión o desprecio a todo lo que significa la educación en valores dentro de la escuela. Me parece que volvemos a estar en el siglo XIX azuzando un discurso de revancha contra “lo religioso”. Curiosamente se da en los mismos que pretenden adoctrinar al alumnado en algunas leyes o derechos que se aprueban en las cámaras legislativas. Ponen el grito en el cielo cuando se cuestiona su actitud o apelan con descaro a la interesada libertad de expresión que parece sólo compatible con determinadas ideologías.

Estoy convencido de la benéfica importancia de la clase de religión y animo a todos a inscribirse a pesar de las dificultades que la práctica administrativa habitual conlleva. Demasiadas artimañas para que se desista de la inscripción. Y no sólo de ahora; hace tiempo que alumnos, profesores y padres sortean obstáculos para conseguir su voluntad en la escuela. Os pido que no os canséis de hacer realidad vuestro derecho de recibir una educación integral en la escuela.

Recientemente se ha publicado Panorama de la religión en la escuela. Informe 2020, dirigido por Carlos Esteban Garcés (Editorial SM). Es un estudio sociológico muy serio y bien documentado sobre esta materia; resulta muy ilustrativo por la cantidad de datos que aporta y el minucioso trabajo de campo que ofrece. Lo deberíamos conocer todos para situar en su justa medidaesta cuestión que, para algunos de nosotros, es fundamental para la convivencia y la educación y, para otros, merece situarse en las tinieblas exteriores del panorama curricular.

En este breve espacio sólo os puedo recordar algunas afirmaciones del estudio que hacen apetecible su lectura y apuntan a una valoración general de los distintos estamentos de la escuela.

1.- Notable para la clase de religión. Es una muy buena nota como resumen de esta cuestión.

2.- El profesorado de religión es competente, comprometido socialmente y cualificado académicamente.

3.- Los alumnos aprecian que la clase de religión los hace más tolerantes porque conocen otras culturas.

4.- Los antiguos alumnos de religión reconocen el impacto educativo de las clases en su vida.

5.- Las familias están notablemente satisfechas con la clase de religión de sus hijos.

Si aceptamos gran profesionalidad en este estudio, tenemos que admitir que los protagonistas de esta parcela del saber aceptan y no rechazan la materia en el ámbito escolar.