Fecha: 6 de septiembre de 2020

Septiembre marca la reanudación de las cosas «normales» que retornan con lo gris de los días y a veces con cierto desencanto, porque esperamos demasiado de lo que la vida nos debería dar en este mundo. Ya no soñamos con las vacaciones que se han terminado. Nos conviene volver a reflexionar sobre la forma en que nos sabemos tomar la vida, los problemas, las decepciones, los retos, las posibilidades… Hemos de aprender a ser felices, que es todo un arte. El arte de vivir.

Una persona mayor muy querida, a partir de una caída, tenía que tomar una decisión sobre dónde ir a vivir, y estaba dubitativa. Le hablé del aprendizaje de ser felices, de tomarnos las cosas con esperanza y decisión, de aceptar positivamente lo que nos llega, sin quejarse ni lamentarse todo el día… Le hablé del caso real de una señora de 92 años, casi completamente ciega, que acababa de quedar viuda y no tenía familiares que la pudieran cuidar. Estaba dispuesta a trasladarse a vivir a una residencia de ancianos. El día que entró, la responsable le iba explicando cómo era el salón, el comedor, su habitación. Y a cada cosa que le mostraba le respondía que le gustaba mucho. Sorprendida, la responsable le dijo que pensaba que no veía, y ella se lo reafirmó. «Y entonces, ¿cómo es que todo lo encuentra bien?». Ella bondadosa le respondió, «Me encanta todo», y añadió «No necesito ver nada. La felicidad es algo que decides tú con anticipación. El hecho de que me guste o no la residencia, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle mi mente y mi corazón. Cuando decidí que vendría a vivir aquí, ya decidí que me gustaría».

Debemos dar gracias por lo que hemos podido acumular de buenos recuerdos y buenas acciones, los momentos felices de nuestra vida. Y decidir que lo que tenemos que hacer, lo queremos hacer. No nos olvidemos de estas 5 reglas simples para ser feliz:

  1. Libera tu corazón de la queja y los remordimientos, acoge el perdón de Dios.
  2. Ve a lo esencial y libérate de las preocupaciones superfluas.
  3. Vive humildemente y con serenidad, aceptando las cosas y las personas como son.
  4. Ama con hechos concretos, y entrega más y entrégate más.
  5. Espera menos de los hombres y espéralo todo de Dios.

Es como un pequeño programa para inicios de curso, o para cambios vitales y, sobre todo, para enfrentar la vida cotidiana con alegría y humildad. Si quieres ser feliz… «si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres, -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego ven y sígueme», Invitaba Jesús al joven rico (Mt 19,21).

Encomendémonos a nuestra Patrona la Virgen María, cuyo Nacimiento celebraremos gozosamente el próximo martes día 8 en toda la Diócesis, bajo la advocación de la Virgen de Nuria, y en el Principado de Andorra, bajo la advocación de la Virgen de Meritxell. Ella es la Madre de Cristo, nuestra Madre y la Madre de toda la Iglesia. Que Ella vele por nosotros, nos otorgue la salud y la alegría, acompañe los trabajos del nuevo curso que empezamos, y nos una como hermanos para superar juntos las dificultades de todo tipo, personales, familiares, psicológicas, económicas, de relación, de salud, de ánimos… generadas por esta pandemia que tanto nos ha hecho sufrir. Y que nos enseñe el verdadero camino de la felicidad y de la paz.