Fecha: 29 de noviembre de 2020

Siempre me ha parecido curioso que en algunos ámbitos como el judicial o el académico se inaugure el año en fechas que no coinciden con el año natural. Pues eso también ocurre con el calendario litúrgico de la Iglesia. Precisamente, este domingo día 29 de noviembre, la Iglesia católica inicia un nuevo año litúrgico con la celebración del primer domingo de Adviento.

La Iglesia es portadora de un gran misterio de amor y salvación, y tiene la misión de difundirlo por el mundo; pero llevamos este tesoro en frágiles vasijas de barro. La gran familia de la Iglesia ofrece a todos los hombres y las mujeres del mundo un encuentro con Jesucristo. Cristo nos revela que Dios es amor y quiere hacernos partícipes de su vida eterna. Ahora bien, no todas las personas creen que este misterio sea capaz de transformarnos la vida. Descubrir este misterio y ser capaces de entrar en una relación confiada con él no es fácil. El camino a seguir no es sencillo y para hacerlo es necesario un acompañamiento.

La Iglesia, que es madre y maestra, nos enseña a adentrarnos en el misterio de Dios de diversas maneras. Una propuesta muy singular es la lectio divina, que invita a la lectura, meditación y oración de la Palabra de Dios, dejando que el Espíritu Santo nos ilumine y nos renueve.

La santa Madre Iglesia, mediante el año litúrgico, nos invita a hacer esta contemplación del misterio de Dios con un calendario de lecturas de la Palabra de Dios y de las celebraciones que se distribuyen a lo largo de un año. El rasgo más singular de las celebraciones dominicales, de este nuevo año litúrgico que hoy iniciamos, es que los pasajes del Evangelio que serán proclamados corresponderán al evangelista san Marcos.

Cada evangelista nos acerca al misterio de Dios revelado en Jesucristo con unos rasgos y unas características singulares y propias de la comunidad a la que se dirigía. Los evangelios nos ayudan a adentrarnos en el misterio de Dios mediante el conocimiento de Jesucristo, la relación de amistad con Él y su seguimiento.

Con el fin de entrar en profundidad en el Evan-gelio de Marcos, permitidme haceros tres propuestas:

  1. En primer lugar, os invito a abrir la Biblia que tenéis en casa y leer el comentario introductorio del editor al Evangelio según San Marcos.
  2. En segundo lugar, podéis ir leyendo en nuestro web diocesano los diversos artículos de biblistas que durante este Adviento nos ayudarán a adentrarnos en el Evangelio de Marcos.
  1. Y, finalmente, la propuesta más osada. Una vez hechas las dos lecturas anteriores, os invito a que, durante el tiempo de Adviento, leáis cada día en pareja, en familia o personalmente un capítulo del Evangelio de Marcos. De manera que lleguéis a las celebraciones de Navidad con todo el Evangelio leído.

Os deseo a todos un santo e intenso Adviento, que nos prepare de corazón para la celebración del misterio de la encarnación y nacimiento de Cristo en Belén.