Fecha: 21 de junio de 2020
Hace pocos días celebrábamos la solemnidad de Corpus Christi, una fiesta en la que la Iglesia reafirma su fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, sacramento del amor. Por ello, esta celebración se ha convertido también en el día de la caridad. Así lo quiso Jesús, que perpetuó sacramentalmente el ofrecimiento amoroso de su vida al Padre para la salvación de todos y cada uno de nosotros. Cuando participamos en la Eucaristía y recibimos la comunión, nos comprometemos con los más frágiles y vulnerables.
Este año, las restricciones propias de la pandemia que padecemos nos han impedido celebrar en la calle las procesiones del Corpus. Una de las medidas de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias en este tiempo de desconfinamiento es la distancia entre las personas. Dos metros pueden ser doscientos centímetros de desesperanza, de tristeza o de angustia, pero también de esperanza, de solidaridad y de amor.
En el marco de la celebración del Corpus, Cáritas Diocesana de Barcelona ha convertido esta distancia física en el lema de una nueva campaña de donaciones: «A solo dos metros de ti». Esta entidad social de la Iglesia ha creado un fondo de emergencia Covid-19 con el objetivo de ayudar a personas y familias que, en los próximos meses, sufrirán la crisis económica provocada por la actual pandemia. Esto no será posible sin la ayuda de todos. De acuerdo con la última memoria anual publicada por Cáritas, unos cinco millones de catalanes no sufriremos los efectos de esta crisis económica. Pero ¿podemos vivir tranquilos sabiendo que casi dos millones y medio de personas lo pasarán muy mal?
El coronavirus ha hecho que las demandas sociales crezcan, pero lamentablemente ya venimos de una crisis económica y social no resuelta. En 2019 la cifra de hogares atendidos por Cáritas en la archidiócesis de Barcelona aumentó un 26%. Se beneficiaron más de ochenta y siete mil personas. Y en 2020, con la crisis de la Covid-19, llueve sobre mojado, porque las familias que ya se encontraban en situación de exclusión social han vuelto a sufrir las peores consecuencias del paro de la economía.
Estas personas y familias no tienen cubiertas las necesidades más básicas, como la alimentación y la vivienda. En el primer mes de la actual crisis sanitaria, Cáritas vio cómo se duplicaba el número de personas atendidas en sus servicios de emergencia y cómo se triplicaban las ayudas económicas para alimentos. En nuestra diócesis, cerca de cuatro mil personas fueron atendidas por los servicios de emergencia de Cáritas Diocesana durante el mes de abril y unas treinta mil recibieron alimentos de las Cáritas parroquiales.
Queridos hermanos y hermanas, ojalá que la celebración comunitaria de la Eucaristía, que progresivamente hemos recuperado, remueva nuestros corazones y nos haga sentir cercanos a todas las familias que viven situaciones de gran dificultad. Así lo hacía la primera comunidad cristiana, como se narra en los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 4. Ojalá que convirtamos los dos metros de distancia en doscientos centímetros de esperanza, de solidaridad y de amor. Gracias por vuestra colaboración.