Más de 550 peregrinos viven el peregrinaje a Lourdes, marcado este año por el estreno de la nueva junta y del presidente Jaume Esteve.
El 174º peregrinaje a Lourdes, organizado por la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, ha sido este año una edición muy especial. No solo porque se ha celebrado bajo el lema “Con María, peregrinos de esperanza”, coincidiendo con el Año Jubilar, sino también porque ha sido el primer peregrinaje con Jaume Esteve como nuevo presidente, que ha asumido la responsabilidad al frente de la entidad.
«La visión desde la presidencia me ha permitido conocer de cerca todos los engranajes que hacen posible esta experiencia única: desde los detalles logísticos hasta la vivencia espiritual de cada peregrino», explica Esteve. Asegura que lo ha vivido «como un peregrinaje especial», y destaca el papel clave del equipo que le acompaña: «El cargo conlleva representación y coordinación, contando con el equipo de la Junta, que son un modelo de servicio y fraternidad».
Tras 115 años de peregrinar desde Barcelona, esta 174ª edición ha contado con 559 peregrinos, de los cuales 145 eran jóvenes, 120 enfermos, 79 peregrinos, 201 hospitalarios y 14 sacerdotes. «Los jóvenes, con su impulso y alegría, han llenado de color el peregrinaje», destaca el presidente, mostrando la fuerza de una generación comprometida que sigue dando vida al carisma de Lourdes.
Lourdes, una forma de vivir
Este peregrinaje, vivido con especial intensidad por la nueva Junta, ha sido una oportunidad para mirar con nuevos ojos una tradición centenaria. «Ahora que lo he vivido con detalle, uno se vuelve más crítico respecto a los resultados», reconoce Esteve. Sin embargo, añade con emoción: «Escuchando a los participantes, agradecidos por una experiencia llena de oración y gozosos de vivir los momentos de María y Bernadette, uno entiende con satisfacción que Lourdes es testimonio de una forma de vivir».
Uno de los aspectos más valorados ha sido, como siempre, la entrega de los voluntarios y hospitalarios, así como del personal sanitario, que ha sumado 22 profesionales (médicos, enfermeras, farmacéuticas, auxiliares y una fisioterapeuta). «Haciendo el trabajo que les corresponde, se entregan a la voluntad de María y, al servir a los enfermos, llevan sillas y camillas en presencia de Jesús y María que les espera», explica el presidente.
La Hospitalidad ha contado este año con la presencia del cardenal Joan Josep Omella, que ha presidido algunos de los actos centrales del Santuario, como la misa en la Gruta, la adoración al Santísimo y la procesión de las antorchas. También ha estado presente el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. David Abadías. «En un lugar tan universal como Lourdes, contar con el Sr. Cardenal nos ha dado cierto protagonismo que ha potenciado nuestra participación en los actos del Santuario», afirma Esteve.
Retos de futuro
En cuanto a los retos, Jaume Esteve reconoce que este primer peregrinaje ha sido una oportunidad para identificar las líneas de trabajo futuras: «Debemos perfilar el trabajo con el voluntariado, la formación de responsables de grupo y potenciar las delegaciones, que son las que activan la participación desde el territorio». Con 18 delegaciones activas actualmente, el reto principal es «ampliar este número, porque las delegaciones son la base de nuestra actividad».
Un verano jubilar en Roma
La actividad de la Hospitalidad no se detiene en verano. En el marco del Año Jubilar, un grupo de 50 hospitalarios acompañará a un grupo de enfermos con discapacidad al Jubileo de Jóvenes en Roma, del 29 de julio al 5 de agosto. Una nueva ocasión para vivir el espíritu de Lourdes desde otro lugar universal de la fe.
«La realidad de la vida, con sus penalidades y alegrías, en Lourdes se hace presente con serenidad y con una paz interior que ayuda a aceptar la voluntad de Dios», concluye Esteve. Palabras que resumen con profundidad la esencia de un peregrinaje que, edición tras edición, sigue siendo escuela de servicio, esperanza y fraternidad.