Fecha: 4 de octubre de 2020

Este año me siento más obligado que nunca para recordar a toda la sociedad la fiesta de la Virgen María como Patrona de Lleida. Las circunstancias tan duras en las que vivimos nos empuja a los cristianos a solicitar a Dios que nos libere de esta tragedia y a pedir la intercesión de la Virgen Blanca de la Academia en este mismo sentido para que la salud llegue a todos y mantenga la fortaleza en las familias ante esta adversidad.

Todos sabéis que la Real y Pontificia Academia Mariana de Lleida era la encargada de organizar la fiesta el día 2 de octubre y en la que se combinaba el aspecto literario, cultural y social con los actos devocionales y litúrgicos. El Certamen literario era, y todavía lo es, es un magnífico exponente de vinculación de la devoción y la cultura. Hace unos años se fijó para la celebración el primer domingo de octubre como fecha más idónea facilitando una mayor participación.

La historia de la fiesta se remonta a los años sesenta del siglo XIX cuando el sacerdote Josep María Escolá, con sus colaboradores los señores Mensa y Roca Florejats, manifestó un reconocido entusiasmo evangelizador y consiguió unir los sentimientos marianos de los ilerdenses promoviendo la devoción a la Virgen, levantando un centro donde venerar la imagen y fundando una Academia para profundizar en el estudio de aquellos aspectos que tienen a la Madre de Jesucristo como su objeto de consideración.

A lo largo de los años se han producido algunas variaciones en la estructura de la celebración. Hubo momentos en que los actos concitaban la atención de gran cantidad de devotos. Otras veces ha decaído el número de participantes y asistentes. Pero siempre se ha mantenido la ilusión y el compromiso de los miembros de la Academia para que esta advocación mariana estuviera en el corazón y en el centro de todas las familias de Lleida.

Tras varias gestiones y consultas la Santa Sede declaró en el año 1945 Patrona de la ciudad de Lleida a la Virgen Blanca de la Academia, cuya imagen situada en el centro del retablo que preside el oratorio se debe al escultor Maximiliano Sala.

Precisamente las circunstancias sanitarias actuales nos hacen recordar la inicial mirada a la Virgen por parte de los cristianos del siglo XIX con motivo de una epidemia de cólera. Con seguridad vivieron la dureza de la situación pero no perdieron nunca la esperanza. La oración constante de todas las comunidades avivó en aquel momento la devoción a la Virgen María. Ahora se nos pide también a todos los cristianos la plegaria, la fortaleza y la solidaridad con aquellos que más sufren los efectos del COVID-19 que son los enfermos y sus familiares. Nos acordamos particularmente de los difuntos y el dolor que ha supuesto para sus familias y amistades la ausencia del cariño en la despedida o, si lo hubo, en el posterior funeral. También queremos agradecer las muestras de servicio y solidaridad de muchos profesionales.

Los actos de este año quedarán del siguiente modo: solemne Triduo en el oratorio durante los días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre, celebración de la Santa Misa en la catedral el domingo, 4 de octubre, a las 12 horas y el certamen, este año virtual, será difundido por las redes a partir del día 2 de octubre. Os invitamos a todos a participar.