Las diócesis con sede en Cataluña se unen a la iniciativa promovida por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española para que, a partir del lunes día 16 de marzo, cada día a las 12 h. del mediodía, se rece la oración del Ángelus mientras suenan las campanas de las iglesias para invitar a orar, en solidaridad con todos los confinados en sus hogares y para agradecer la labor de todos los que generosamente trabajan para atender y combatir la pandemia del coronavirus Covid-19.

Todos los fieles están invitados a unirse desde sus hogares respectivos a esta iniciativa eclesial y ciudadana, y los obispos piden que sea secundada por los responsables de las iglesias.

En estos días de dolorosa prueba, fruto de la pandemia del coronavirus Covid-19, la Iglesia Católica quiere ofrecer oración y esperanza, con sus recursos en favor de los afectados así como hacer sensible la presencia del Señor que salva y acompanya a su pueblo, y anima a todos los cristianos a perseverar en la oración de súplica para que pronto se supere esta terrible prueba.

El Santo Padre Francisco desde el inicio de esta epidemia, nos ha recomendado la oración confiada a la Virgen María y ha añadido al ángelus esta

ORACIÓN:

“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.”