Fecha: 15 de octubre de 2023

El pasado 4 de octubre el papa Francisco abrió la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo, bajo el lema: «Para una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión». El Santo Padre ha ido advirtiendo en varias ocasiones que «sin oración no habrá Sínodo». El Sínodo es sobre todo un acontecimiento de oración, de invocación insistente al Espíritu Santo para que nos guíe en el discernimiento de lo que el Señor pide hoy a su Iglesia.

La oración se expresa de varias formas: es escucha de la Palabra de Dios; es adoración, silencio adorante ante lo que el Espíritu suscita en la Iglesia; la oración es intercesión, que no consiste en doblegar la voluntad de Dios a la nuestra, sino en pedir al Señor que ilumine nuestro corazón para que sepamos discernir y hacer su voluntad; y es acción de gracias por tanto bien recibido y por tantas maravillas que Dios sigue obrando en su Iglesia y en el mundo.

En el documento de la síntesis de la fase diocesana del Sínodo, del 22 de mayo de 2022, fruto de la amplia consulta llevada a cabo en nuestra diócesis de Tortosa, constatamos que, entre las cosas que habíamos aprendido estaba «la necesidad de cultivar la interioridad», hecho que «propiciará una intensa vida de oración y un testimonio que será por sí mismo anuncio del Evangelio».

Así, pues, con la plegaria de escucha, de adoración, de intercesión y de acción de gracias, todos estaremos presentes, con la fuerza del Espíritu, en la Asamblea del Sínodo. «Sin oración no habrá Sínodo», dice el papa Francisco. Os invito pues a que, en estos días de octubre, dirijamos nuestra súplica al Espíritu Santo, alma de la Iglesia, que la guía y la impulsa siempre hacia delante. Digámosle: «Ven, Espíritu Santo, brisa suave de Dios, y desciende sobre los participantes en el Sínodo y sobre todos nosotros para que seamos servidores de la comunión y humildes discípulos misioneros que anunciemos por doquier la alegría del Evangelio». Amén.