Fecha: 21 de febrero de 2021
Hace ya muchos años, cuando era sacerdote de la diócesis de Zaragoza, me llamaron para dar un retiro a un grupo de jóvenes que se encontraba pasando unos días de reflexión y oración en Altafulla. Durante el retiro, estos jóvenes me enseñaron una canción que he guardado siempre en el corazón. Mientras adoraban al Santísimo, cantaban: «Busca el silencio, ten alerta el corazón, calla y contempla».
En este tiempo de Cuaresma, el Señor nos pide, como a aquellos jóvenes, que busquemos un lugar tranquilo para estar con Él. Dios quiere vivir en nuestro interior y transformar nuestra vida.
Dios nos habla de muchas maneras. Una de las más importantes es a través de su Palabra. Estos días quisiera animaros a leer y a meditar la Sagrada Escritura con fe y humildad. De manera particular, durante este tiempo de Cuaresma, os invito a leer la primera lectura del Antiguo Testamento de las celebraciones diarias de la eucaristía. Toda la Escritura es inspirada por Dios y además es útil para enseñar, para educar en la justicia y para preparar al hombre para hacer siempre el bien (cf. 2Tim 3,16).
El Antiguo Testamento nos enseña que el desierto es el lugar del encuentro con Dios. Dios quiere llevarnos al desierto para hablarnos al corazón (cf. Os 2,16) y ser la luz que ilumine nuestros pasos. Él sale a buscarnos todos los días. Dios no se cansa nunca de darse a nosotros. Ojalá nunca nos cansemos de recibirlo.
El Evangelio nos explica que Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo. Allí aprendió a enfrentarse a numerosas pruebas y dificultades. Allí también se encontró con Dios. Es por ello, que salió del desierto preparado para llevar la Buena Nueva del Evangelio a los hombres y a las mujeres de su tiempo (cf. Mc 1,12-15).
La Cuaresma es un tiempo de escucha amorosa de la Palabra de Dios. Si leemos la Palabra con humildad nuestro corazón se renovará. Si rezamos con ella, nacerá en nosotros el amor a Jesús y a los hermanos. Si la escuchamos en comunidad, nos convertiremos en el pueblo de Dios.
Ojalá que la meditación de la Sagrada Escritura nos anime a ocuparnos de los más pobres. Ellos solo tienen a Dios como defensor. Si so mos capaces de estar a su lado, seremos como una luz que brilla en medio de las tinieblas de sus vidas.
Queridos hermanos y hermanas, os animo a iniciar juntos la Cuaresma participando en el quinto encuentro «Sent la Creu», que se celebrará este domingo a las seis de la tarde en la basílica de Santa María del Mar y que se podrá seguir a través de la página web del Arzobispado. Allí estaremos acompañados de la cruz de San Clemente de Venezuela y contaremos con la presencia del cardenal Baltazar Porras, que compartirá con nosotros su testimonio.
María, madre de Jesús y madre nuestra, nos llevará de la mano en este tiempo de Cuaresma. Ella nos enseñará a escuchar la Palabra, a guardarla en el corazón y a llevarla a la práctica. Que ella nos acompañe durante los cuarenta días que llevan a la Pascua.